Este es sin duda uno de los rincones con más encanto de la ciudad, un bello lugar para el paseo junto a la Plaza de San José y la Catedral. Constituye la parte más alta del Bastión del Redín, donde se levantaba antiguamente un palacio del que solo se conserva la Cruz del Mentidero.
Se trata de un agradable y tranquilo paseo peatonal situado justo detrás de la Catedral, que recorre la línea de murallas que hay entre los baluartes de Labrit y del Redín.
Se la podría considerar como el corazón de la ciudad, su centro neurálgico. Sus casi 14.000 m² han sido un punto clave a lo largo de la historia pamplonesa. Su nombre proviene del castillo que estaba situado en su parte oriental, en la zona de la bajada de Javier, construido por Luis Hutín en 1310 y que tomó la plaza como patio de armas.
Paseo de Sarasate (oficialmente, Paseo de Pablo Sarasate/Pablo Sarasate Pasealekua), es un emblemático paseo de la ciudad de Pamplona, situado entre el Casco Viejo y el II Ensanche de la ciudad. También es conocido de forma popular como Paseo Valencia.
Suele ser el centro de las concentraciones más emblemáticas que se producen en la ciudad.
El Portal de Francia, construido en 1553 por el virrey duque de Alburquerque, es el que mejor se conserva de los seis que tenía el antiguo recinto amurallado de la ciudad. Los viajeros del país vecino, entraban y salían de la ciudad por él, de ahí su nombre. De las dos puertas principales que conforman el portal, la interior conserva un escudo renacentista tallado con el águila bicéfala y las armas imperiales.
La Ciudadela, referencia urbanística de Pamplona, está considerada además como el mejor ejemplo de arquitectura militar del Renacimiento español y uno de los más destacados conjuntos defensivos de Europa. La Ciudadela nació para proteger Pamplona del enemigo, a instancias del rey Felipe II, quien la mandó construir en 1571 con el fin de hacer frente a las constantes incursiones del ejército francés.