También conocida como la iglesia de San Salvador. Construida en las primeras décadas del siglo XVIII, se necesitaron cerca de cien años para terminarla.
En honor al papel que desempeñó la ciudad en nuestro país en nuestra primera constitución, en el año 1912, coincidiendo con el centenario de su aprobación, se erigió un inmenso monumento en la plaza de la Constitución.
Construida en pleno centro de la ciudad en el siglo XVIII en un sobresaliente estilo barroco, su torre de 45 metros de altura ha presidido la ciudad de forma absolutamente inconfundible durante más de tres siglos.
La de la Caleta es posiblemente la más bonita y codiciada de todas. Ha servido de inspiración para multitud de figuras del folclore local, entre ellos Isaac Albéniz o Paco Alba, mientras que su puesta en escena, rodeada de fortalezas medievales y del balneario de Nuestra señora de la Palma, la convierten en un lugar idílico. En los alrededores de Cádiz, aunque un poco más alejados del centro histórico, se encuentran la playa de Santa María del Mar, la playa de la Victoria y la de la Cortadura.
Al norte de la ciudad, donde tierra y mar confluyen, se alza el castillo de Santa Catalina. Durante años, sirvió de prisión, mientras que hasta 1991 fue propiedad del ministerio de Defensa. En la actualidad, se celebran en su interior numerosos actos culturales.
Este teatro sorprende sobre todo por aspecto exterior: un fabuloso estilo neomudejar. Situado en la plaza de la Fragela, comparte espacio con el histórico edificio de la casa de las Viudas y la facultad de medicina de la Universidad de Cádiz.
Con una intensa colección de flores y plantas exóticas, es una auténtica delicia pasear por él y disfrutar tranquilamente de la naturaleza.
Edificación romana en forma de gradas que ofrecen una mirada por los restos antiguos de la ciudad, muchos de los cuales todavía siguen escondidos.
Un fantástico lugar por el que pasear y descubrir algunas de las atracciones que alberga, como la parroquia de Santa Cruz, la iglesia de Santiago Apóstol, la casa del Almirante o la propia catedral de la ciudad.
Alberga una selección muy destacable de pintores y artistas europeos de la talla de Rubens, Zurbarán o Murillo, objetos procedentes de descubrimientos arqueológicos de la provincia de Cádiz como el de Baelo Claudia o Medina Sidonia y una muestra de sarcófagos y otros restos de origen fenicio íntimamente relacionados con el pasado histórico y cultural de la zona.